La vida es una gran ceremonia, amiga de 50ymás, aunque a veces se nos olvide. Llamamos a muchas de nuestras acciones diarias "hábitos" porque, bueno, suena más funcional. Pero, si lo piensas bien, cada uno de esos hábitos tiene un toque ceremonial. De alguna forma, con cada gesto honramos la vida, nuestro cuerpo, relaciones, y hasta el espacio en el que vivimos. ¿Te has dado cuenta?
Por ejemplo, comer no es solo “llenar el tanque” para tener energía. Comer es una ceremonia en la que, consciente o inconscientemente, damos gracias a la vida, a la naturaleza, y a las manos que hicieron posible el platillo que tenemos en frente. Incluso la forma en que ponemos la mesa puede ser toda una experiencia: esa servilleta doblada con gusto, el plato colocado con precisión... cada detalle cuenta. Al fin de cuentas, estamos preparando el escenario para algo que va más allá de un simple “bocado”.
Yo comienzo mis días con una ceremonia que podría parecer un poco caótica. Apenas abro los ojos, mi primer pensamiento es una avalancha de agradecimientos: “Gracias, gracias, gracias... thank you, thank you, thank you”. ¿Por qué en inglés? Porque llevo tanto tiempo fuera de México que ahora hasta mis sueños vienen subtitulados. 🙃 Además, el universo es multilingüe, ¿no? Así que si no me capta en español, lo hago también en inglés, ¡por si acaso!
Otra de mis ceremonias diarias es al arreglarme por la mañana. Tengo mi propio orden peculiar: primero empiezo a peinarme, luego un poco de maquillaje, regreso a la melena y al final la ropa. Este pequeño ritual tiene un toque de rebelión contra el orden estricto. Me gusta porque me permite “ir y venir” sin seguir una secuencia fija, y al final, cuando me veo lista, siento que ha sido un acto de creación: a veces exitoso, a veces no tanto, pero siempre muy mío.
Hasta tender la cama creo que tiene su encanto ceremonial. Algunas mañanas, en las que quiero que el día me reciba con calma, estiro las cobijas casi como diciendo: “Aquí dormí, aquí descansé”. Para mí, la cama es un pequeño altar al descanso y, por qué no, a los sueños cumplidos y los que están por venir.
Y cuando pienso en las relaciones, creo que estas también están llenas de rituales que creamos con quienes amamos. Quizás tengas el ritual de despedirte de tu pareja con un abrazo específico o de terminar el día enviando un Whatsapp a tus hijos para preguntarles cómo estuvo su día. Estos pequeños momentos son ceremonias de conexión, en las que reafirmamos el cariño y la importancia que tienen en nuestra vida. Son detalles sencillos que podrían parecer insignificantes, pero en realidad son la esencia de nuestras relaciones. Incluso los mensajes de “buenos días” a una amiga querida o el “te quiero mucho” al final de una llamada con tu mamá son gestos que, repetidos cada día, se convierten en ceremonias de amor y amistad.
Cada una de estas ceremonias diarias, aunque simples, son pequeños actos que nos conectan con el presente y nos recuerdan la belleza de vivir. Más que hábitos, son momentos en los que celebramos estar aquí, en este tiempo y lugar, haciendo lo mejor que podemos.
Así que dime, amiga de 50ymás, ¿cuáles son tus ceremonias? Porque te aseguro que tienes más de las que imaginas. 🌸
Me interesa mucho conocer tu opinión sobre que temas te gustaría leer en este espacio, por lo que te invito a hacerlo a través de una pequeña encuesta que te llevara sólo unos minutos contestar. ¡Gracias!
Blanca, ¡qué lindo pensar en nuestras acciones diarias como ceremonias! Prepararme el mate y traerlo al escritorio los días que trabajo desde casa es una ceremonia que disfruto un montón. Los días que trabajo desde la oficina, no salgo de casa sin elegir qué podcast voy a escuchar en el tren. Pequeños momentos que hacen que arranque bien el día.