Cuando llegamos a los 50ymás, muchas de nosotras tenemos una buena colección de historias de separaciones inesperadas, desde amistades “de toda la vida” que se han esfumado, hasta romances que parecían prometer pero desaparecieron como un fantasma. Especialmente para aquellas de nosotras que estamos solteras y explorando nuevas relaciones no es raro encontrarnos con la experiencia del hombre que, después de unas cuantas citas que parecían prometedoras, simplemente desaparece sin explicación alguna.
Pero, ¿y si en lugar de verlo como un problema, lo vemos como un regalo?
Como mujeres que hemos vivido mucho y aprendido aún más, sabemos bien lo que queremos y lo que no estamos dispuestas a tolerar. Y eso, queridas amigas, puede ser intimidante para algunos. Cuando alguien se marcha de nuestras vidas, no se está alejando de nosotras, sino de la persona que debería ser para poder estar a nuestro lado. No siempre es fácil verlo así, sobre todo cuando nos encariñamos o vemos un futuro potencial con esa persona, pero la verdad es que no todo el mundo tiene la valentía, la madurez o el deseo de crecer hasta el punto donde nosotras estamos y a donde queremos llegar.
Como siempre he dicho:
"Si algo no te hace feliz, probablemente no lo necesitas."
Esta frase aplica perfectamente a estas situaciones. ¿Para qué perder nuestro valioso tiempo con alguien que no puede querernos como merecemos? Agradezcamos la claridad que trae el alejamiento de los que no están preparados para el nivel de sinceridad, compromiso y amor que buscamos.
Es importante recordar que no es nuestra responsabilidad hacer que alguien esté listo para cualquier tipo de relación con nosotras. Esa es SU tarea, SU camino. Nosotras hemos recorrido el nuestro, y es válido esperar que los demás hagan su trabajo personal antes de ser parte de nuestras vidas. Cuando alguien se marcha o se aleja, lo hace porque, consciente o inconscientemente, se da cuenta de que no puede o no quiere ponerse a la altura de lo que una relación sana y plena con nosotras implica.
Entonces, ¿por qué sufrir cuando alguien desaparece? Mejor enfoquémonos en agradecer al universo que nos ha liberado de una posible decepción. Después de todo, estar solas nunca ha sido un problema; estar mal acompañadas, eso sí, es un desperdicio de vida.
Así que, querida amiga de 50ymás, cuando alguien se aleje de tu vida, te invito a que no lo veas como una pérdida, sino como una ganancia. Esa persona esta dejando espacio para lo que realmente quieres y lo que realmente mereces.
Y la próxima vez que alguien desaparezca de tu vida, en lugar de preguntarte "¿por qué se fue?", mejor sonríe y di: "¡gracias por no quedarte!"